Gracias a este, tenemos material gráfico que nos permite conocer sucesos históricos y hacer que perduren en el tiempo. Desde entonces, y con gran visión individual, los fotógrafos realizan crónicas del mundo y retratan sus gentes, eventos, mecanismos y personalidades. El trabajo de estos reporteros es admirable, de pequeña quería ser uno de ellos, aunque no me daba cuenta de la valentía que se tiene que tener para marcharse a un lugar en conflicto y fotografiar sucesos escalofriantes. Muchos reporteros se han visto en situaciones donde la moral se cruza con el trabajo y, cómo no, se entra en un estado de conflicto. Permanecer al margen de las situaciones, solo como espectador externo a los sucesos, o involucrase en la medida que uno considere correcto.
Debajo de estas líneas hay un ejemplo de cada situación en las que se pueden encontrar estos fotógrafos, entre otras. La primera imagen refleja una situación impactante que un fotógrafo se limitó a capturar ya que nadie se encontraba “en peligro”. El protagonista de la imagen era un pacificador que se manifestó delante de los tanques, en contra de la guerra. Se trataba de una situación más o menos pacifica, donde el fotógrafo solo tuvo que realizar la instantánea, sin tener que cuestionarse nada moral al hacer su trabajo. En la segunda, Ut, realizó esta foto en la guerra del Vietnam, una vez realizada, dejo la cámara a un lado, cogió a la niña y la llevo al hospital. Aquí se puede apreciar la ética del fotógrafo, ya que él sabía que si la dejaba allí y seguía con su trabajo, la niña moriría, así que hizo una foto y le salvó la vida. En la tercera, Garner, estuvo esperando horas a que el pájaro carroñero alzase el vuelo para comerse al bebe. Finalmente hizo la instantánea sin obtener su propósito, pero una vez la foto hizo historia, el autor se suicidó por el remordimiento que tenía, a parte que fue muy criticado y acusado por no haber hecho nada al respecto.
Jeff Widner
Niu Ut
Kevin CarterDesde luego, en esta profesión hay límites que deben respetarse, y estos momentos deben ser de los peores que pasa un fotógrafo de guerra. El caso perfecto sería el de Ut, realizó un gesto heroico haciendo su trabajo, pero esto ya son temas mas personales y supongo que cada uno tendrá su opinión. Pero estas cuestiones no solo pasan en el ámbito de la fotografía foto periodística, sino también en el sector de la foto artística. Esta, aparte de tener un modo de trabajo diferente, a veces se encuentra con los mismos conflictos morales. Aunque aquí, ya es decisión del propio fotógrafo lo que realice o no con sus obras.
También quería diferenciarla un poco de la fotografía artística. Creo que en el trabajo de reportero es saber estar en el lugar y en el momento adecuado, para que, con tan solo una foto se haga historia, mientras que en la artística hay todo un proceso de trabajo. De un mismo trabajo, salen objeciones diferentes. Os dejo con unos de mis artistas favoritos, entre otros.
Sally Mann, es una fotógrafa nacida en Lexington, dónde aun vive con su marido y sus tres hijos, protagonistas de sus mejores retratos. Su trabajo ha llamado la atención no solo por sus cualidades técnicas, sino también por la polémica que desencadeno el hecho que fotografiara a sus hijos en situaciones ambiguamente eróticas. Esto causo controversias en grupos cristianos radicales, los cuales la acusaron de crear pornografía infantil. Personalmente creo que el arte si tiene ciertos limites que no se deberían traspasar, aunque hay que saber apreciar la sensibilidad que el fotógrafo refleja en sus obras, y sabe cuando una obra es moralmente incorrecta. En el caso de Rally Mann, es puramente arte, para ella, el arte no tiene límites.
Hanna Quevedo defiende que la realidad y la evidencia de la fotografía dejan muy poco espacio para esconder la personalidad del que fotografía. “Nuestra manera de ser, es nuestra manera de ver” afirma Alberto García Alix. Es decir, a través de los retratos y los personajes que fotografías realizas tu propio autorretrato. Toda creación, toda obra fotográfica hecha con sinceridad, transfiere la propia personalidad del artista. En el caso de Hanna Quevedo es así de claro y simple. De una manera transparente, sus fotos reflejan lo que ella es, una mujer llena de sensibilidad y bondad, y que intenta mejorar su alrededor con todos los medios de que dispone.
Bruno Barbey. Como dice él, "ante todo me atrae la belleza, la humanidad, lo positivo. No me gusta la sordidez. “Prefiero capturar el esplendor de una sombra jugando con un bello color que fotografiar una escena de guerra”, eso mismo es lo que aporta este fotógrafo, Sabe capturar la simplicidad de las cosas y darle un toque de belleza y simpatía. Nació en Marruecos en 1911. Con solo veinticinco años ingreso en la agencia Mágnum. Capto algunos de los momentos más emblemáticos de los sucesos del mayo francés, fotografió la guerra del Vietnam, etc. Retrata aquello que sus ojos captan y lo traspasa al papel de una manera única.
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Cristina Agulló
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