miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nuevas formas de protesta: Net Art y Artivismo


La protesta como acción social y política, es una muestra de disconformidad, de descontento u oposición que ha estado presente en nuestra sociedad como una forma de libertad de expresión en contra de aquellos parámetros que de alguna manera funcionan como motores del poder, los cuales generan discrepancias entre diferentes sectores de una comunidad.

Un ejemplo claro y de repercusión mundial fueron las revueltas del Mayo del 68 iniciadas en Francia, concretamente en París. Los sectores estudiantiles universitarios y secundarios y el movimiento obrero protagonizaron una de las protestas más significativas de la historia, que tuvo origen en la oposición a la guerra de Vietnam y el imperialismo.


Esta ola de protestas protagonizada por los sectores politizados de la juventud francesa se fue extendiendo a nivel mundial, ya que se sitúan en un periodo de posguerra, un periodo en el que el acceso a la educación superior ejerce un peso importante para crear una conciencia social.


A pesar de la gran repercusión que tuvo este echo en la historia, hoy en día es un acto con el que estamos bastante familiarizados. La protesta política y social se ha convertido en un eje importante dentro de la sociedad, aplicado a diferentes materias, entre ellas la del arte.


Así como el Mayo del 68, fue un acto protagonizado por el pueblo, en el mundo del arte existen una infinidad de hechos y obras cuya temática esta basada en la oposición a hechos político-sociales, desde el Guernica de Picasso, pasando por movimientos que criticaban el propio arte como el Dadaísmo, hasta llegar a nuestra era posmoderna donde las formas de expresión sobrepasan el límite del lienzo, incluso de las propias calles.


Actualmente nos encontramos ante una era totalmente digitalizada, la cual se ha extendido hasta unos límites insospechables. La red e Internet forman parte de nuestro día a día, y de la misma manera que nosotros lo usamos como herramienta de trabajo, existe una corriente de artistas que no sólo lo emplean como tal, si no que para ellos se ha convertido en el soporte de su propia obra.


Se trata de prácticas artísticas que muestran una experiencia estética específica en Internet desarrollando un lenguaje característico y utilizando la Web como medio para realizar protestas sociales y políticas, echo que rompe con el culto al “arte del pincel” y a las formas de revueltas a las que estamos acostumbrados.

Esta nueva tendencia de usar la Red como soporte es conocida de forma general como Net Art, dentro del cual existen obras de índole crítico que juegan con el humor irónico, la burla o el sabotaje como recurso principal de sus obras.

Estos net artistas han obtenido diferentes denominaciones en función a la acción que realizan dentro del ciberespacio. Se les conoce como Hacktivistas, Artivistas, Art-hacktivistas,etc pero en el fondo todas sus acciones u obras tiene una relación entre sí, y su principal objetivo es el de boicotear o criticar el ámbito político-social en el que nos encontramos actualmente, mediante un método, en ciertas ocasiones, satírico.


Los hacktivistas se pueden definir como una especie de hackers, como su propio nombre indica, cuya motivación obedece a intereses de carácter social y político, en ningún momento buscan el provecho personal.

Se basan en acciones de sabotaje orientadas a denunciar la peligrosa inclinación de la Red a emular todas las convenciones artísticas tradicionales: derechos de autor, objetualización y su consecuente comercialización.

Entre los autores que destacan dentro de esta nueva forma de protesta destaca el grupo 0100101110101101.ORG cuya línea de trabajo esta orientada a cuestionar y atacar la comercialización del arte y del Net Art a partir de proyectos como Darko Maver, la creación un artista inexistente acusado de anti-patriotismo, cuya obra fue censurada y perseguida.





O Contagious Paranoia obra presentada en la Bienal de Venecia del 2001 en el pabellón de Eslovenia que consistía en una crítica a la paranoia de los virus, creando uno denominado biennale.pv , que fue expandido por todo el pabellón.




El aire de ironía que utilizan este grupo de hacktivistas, esta vinculada con la actitud adoptada por los clásicos del Net Art, como Heath Bunting, Vuk Cosic o los JODI, entre muchos otros, cuyo activismo digital es la construcción de zonas temporalmente autónomas en el ciberespacio liberadas de comunicación que conectan diversas redes alternativas y generan otras.


De alguna manera, esta nueva formulación de la protesta en forma digital, ha resultado ser más simbólica que real. Los detractores de este arte digital consideran que este uso abusivo de la red ha dado lugar a que ya no se hable de problemas sociales, sino de problemas “mediales”, ya que la mayoría de estas acciones realizadas no van más allá del propio medio.

Si el objetivo de estos artivistas o hacktivistas pertenecientes al net Art es llamar la atención sobre cuestiones específicas llevando a cabo acciones fuera de lo común que atraigan a los medios de comunicación, podríamos decir que funcionan, en cambio, si pretenden mediante este nuevo arte protestante movilizar a las personas para que su denuncia tenga un alcance más profundo, sus técnicas son poco efectivas.

Sin embargo existen otro tipo de colectivos pertenecientes también a este grupo de activistas relacionados con el arte, cuyas acciones se desprenden del mundo digital en cuanto a materialización, pero se aprovechan de este recurso globalizado para conseguir la movilización de la gente.


Entre ellos, destaco a YOMANGO, colectivo que comenzó en el 2002 en Barcelona con una filosofia basada en los primeros movimientos antiglobalización y que se ha extendido por diferentes países. Su discur

so es una crítica irónica de la sociedad de consumo en la que vivimos actualmente, y su objetivo si que pretende

movilizar y concienciar a la gente sobre los problemas sociales, provocados por el capitalismo. Se les podría denominar como los nuevos artivistas del Mayo del 68.

Ellos optan por una forma de protesta más lúdica, divertida, creativa y que pueda interesar a la gente, intentando así llegar a todo el mundo. Los altos precios de la vivienda, la ecología, la especulación, el individualismo, el culto al cuerpo y el consumo feroz son algunos de los puntos de denuncia y de lucha que utiliza este colectivo.

Se les considera también un movimiento de hurto de tiendas ,ya que sus acciones están ligadas al robo de productos que nos vienen implícitos por el propio consumo.

Pero en realidad están denunciando la falta de la libre circulación, del uso y del disfrute colectivo de los objetos de consumo, de ahí también su nombre.

La primera de sus acciones, se convirtió en una de las más representativas del movimiento yomango, ya que para darse a conocer organizaron una presentación en sociedad, como toda marca.




Se apropiaron de parte del Portal del Angel, en Barcelona y comenzaron su espectáculo en la tienda de moda Bershka. Entre la multitud consiguieron extraer de la tienda un vestido de rebajas, que posteriormente se exhibió como obra artística en el CCCB, dentro del festival Inn Motion en el 2002.

Tras este simulacro de la obra de arte, el vestido fue depositado en la tienda de Zara del Portal del Ángel (en la sección de hombres) con el siguiente mensaje: “Yomango no trata del robo ni de la acumulación de propiedades, sino de la libre circulación de bienes y del deseo. Esta prenda desapareció, circuló por las calles, se fue de fiesta, y ahora quiere más. Yomango…¿Lo quieres?...Lo tienes.

Esta ofensiva mediática protagonizada por el colectivo Yomango, asi como el resto de proyectos de sabotaje presentandos anteriormente, son lo que yo denomino como nuevas formas de protesta.

Son protestas con una importante dosis de humor e ironía, herramientas que la convierten en una acción social más atractiva que las movilizaciones colectivas a las que estábamos acostumbrados.

Sin embargo, todo esto es cuestionable. Todos estos “artivistas” usan el medio digital con fines sociales, debido a que Internet, hoy en día, es un medio globalizador, no tiene límites y se puede acceder en todo el mundo al mismo tiempo

Sin embargo crítican y atacan este mundo globalizado, desde un medio globalizador, como Internet, utilizando al mismo medio como herramienta para combatir el modelo.

De manera que en cierto modo, estas nuevas de formas de protesta se banalizan, desde el momento en el que existe una contradicción entre su objetivo de acción y el medio que utilizan para llevarlo a cabo.




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